te veo sentada
bajo un árbol
y tu piel nube
es tan liviana como la luz
yo no sé nada de física
ni de alguna otra ciencia
ni de poesía ni de amor
sólo sé de mis ojos y de mis manos
y de mi boca y mi lengua
sólo sé de las noches que pasé bajo las estrellas
pensando en la distancia y en la liviandad
en los pájaros y en las nubes, en el vapor
sólo sé que te extrañaba esos días
y que cada palabra que yo pronunciaba
significaba tu nombre
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