el ruido ensordecedor de la mañana
tuve ganas de caminar bajo el cielo andrógino
quería los colores, porque odio todos los techos
me imaginaba qué hubiese sido de mi noche
si hubiese decidido caminar
ahora me ahoga un silencio
un sabor oceánico
me gustaría tener nuevos poemas
quise decir y no pude
porque el ruido del día
me empezaba a doler en los huesos
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