El silencio que trae el viento viene de Don Orione. Yo camino viéndolo incrustarse en el cielo nublado, en la noche profunda. Pienso que ese silencio es oscuridad, o espera. Son las tres de la mañana y veo a una vieja caminar entre los pasillos. Su espalda curva me duele y me da pena su soledad. O nuestra soledad. ¿Qué hace una vieja decrépita caminando a las tres de la mañana en Don Orione? Fue a buscar su gato. Él maúlla y, por un segundo, o dos, la oscuridad se rompe. El río de silencio me empapa la cara y el maullido nos contamina. Me duele el aire frío en la nariz y no tengo bufanda. Se abre el cielo de a poco y noto las estrellas brillar con furia.
Perros huelen los pañales del piso, rompen las bolsas de basura para que se las lleve el viento.
El 514 no sale hasta las 5:30 y empezó a llover. Todo esto es como una niebla negra.
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