jueves, 18 de septiembre de 2014

niebla

El silencio que trae el viento viene de Don Orione. Yo camino viéndolo incrustarse en el cielo nublado, en la noche profunda. Pienso que ese silencio es oscuridad, o espera. Son las tres de la mañana y veo a una vieja caminar entre los pasillos. Su espalda curva me duele y me da pena su soledad. O nuestra soledad. ¿Qué hace una vieja decrépita caminando a las tres de la mañana en Don Orione?  Fue a buscar su gato. Él maúlla y, por un segundo, o dos, la oscuridad se rompe. El río de silencio me empapa la cara y el maullido nos contamina. Me duele el aire frío en la nariz y no tengo bufanda. Se abre el cielo de a poco y noto las estrellas brillar con furia.

 Perros huelen los pañales del piso, rompen las bolsas de basura para que se las lleve el viento.
 El 514 no sale hasta las 5:30 y empezó a llover. Todo esto es como una niebla negra.

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